Natalie Juncos, entre la Cuarentena y el Racing de sus amores
Por: Florencia González
La futbolista estadounidense con gran amor por Argentina, cuenta sus expectativas en la Academia, su paso por el Mundial de Francia 2019 y su actuación jugando en la Selección: «Después del Mundial, el fútbol femenino en Argentina cambió mucho», asegura.
«Una vez, caminando en el parque con mi mamá y mi papá vimos una nena que jugaba al fútbol. Es algo que crecí viéndolo en Estados Unidos y nunca lo vi en Argentina», cuenta Natalie, desde una ciudad en las afueras de Houston.
Transición de la Cuarentena
Pasó los primeros dos meses del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en Argentina, en su departamento sola y encerrada con su gato: «Compré pesas y algunas cosas que me faltaban para poder hacer un gimnasio adentro. Entonces aprovechaba y hacía doble turno de entrenamiento, porque tenía tiempo».
Natalie hizo el aislamiento en compañía de su gato, quien lleva en su nombre la triple L: «Luci», Lady Lucifer:
«Quería un gato macho, cuando pensé en adoptar uno. Al final encontré a Luci y ya tenía su nombre completo: Lady Lucifer porque Luci era muy corto».
La defensora, cuenta cuando tomó la decisión de volverse a USA en medio de la Pandemia:
«Cuando AFA y el gobierno avisaron que los equipos no volvían a jugar hasta el año que viene, decidí volverme a Estados Unidos. Porque no quería pasar más tiempo sola y quería estar con mi familia. Además, tengo más espacio para entrenar en Houston. Ahora hace dos meses que estoy acá. Estamos bien y nos cuidamos. Sólo salimos para comprar comida. Solo hace dos semanas puedo ir a un gimnasio, pero es con un permiso. Hay muchas reglas y protocolos».
Por otro lado, durante todo este tiempo, Natalie se puso a estudiar más el lenguaje castellano: «Tengo que mejorar en cosas que siento que me faltan. Por eso estoy mejorando el idioma».
Foto: @historicas_rc
Expectativas profesionales y deportivas
La futbolista que viste la celeste y blanca – colores que se repiten en el club de Avellaneda – manifiesta con gran esperanza que: «Esto va a pasar rápido» y que aguarda con ansias volver a Buenos Aires a jugar en Racing. Donde renovó su contrato hace poco, y aunque tuvo ofertas para jugar en otros lugares, asegura: «Hablé con la gente de Racing y me gustó seguir el proyecto que empezaron el año pasado. Me gusta mucho el club y sus hinchas. Realmente ahí estoy muy feliz».
En relación al Torneo que pasó y el que se viene, Natalie afirma. «Pienso que tenemos posibilidades de ser competitivas. Como todos, lo que queremos es salir campeonas. Con el equipo podemos competir en el torneo».
El significado de La Academia en su vida:
«Son muchas cosas para mí: firmé mi primer contrato en Argentina con ellos, y es mi primer club profesional. Me gusta mucho el grupo, porque es especial. El club lo apoya y tienen muchos proyectos para el futuro en cuanto al fútbol femenino. Yo quiero ser parte de eso».
¿Hay algo que extrañás de Argentina?
La vida de allá. Que todo puede pasar en cualquier momento. Me gusta que hay mucha flexibilidad: hay un parque y tomás mate, te juntás con amigas.. Esas cosas simples siempre extraño de Argentina. Otra cosa que extraño, es el idioma. Hay cosas que son más fáciles para expresarme en castellano, que en inglés. Lo simple.
¿Qué deseo tenés para el futuro?
Seguir creciendo como jugadora, pero lo más importante que quiero es ser parte de los cambios en el fútbol femenino. Que podamos ser realmente profesionales en esta carrera y sólo jugar al fútbol. Quiero seguir este camino para poder llevar más mujeres a este deporte. Además, me gustaría antes de retirarme poder jugar afuera. Seguir creciendo como futbolista y aprender nuevas culturas del mundo.
En cuanto al apoyo de su familia, Natalie siempre cuenta con sus dos padres, Luis y Valentina. Su padre es cordobés, y su madre marplatense. Ambos nadadores olímpicos.
«Mi mamá y mi papá siempre me dijeron que ellos van a estar felices si algo me hace feliz. Siempre quise estar en el país en el que ellos nacieron. Fueron a ver varios partidos de Racing y vieron cómo es la gente del club, mis compañeras, el cuerpo técnico y el estilo de (Antonio) el «Tano» Spinelli. Les gustó mucho. Sentí el apoyo del fútbol femenino».
¿Qué te genera que vuelvan los entrenamientos?
Estoy muy ansiosa por volver. Imagino que será con turnos, o algunas chicas un día. Algo así. Por los protocolos y medidas de seguridad, para no estar tan juntas. Espero que pronto podamos entrenar como un grupo unido. Pero fue una sorpresa, no solo para mí, sino para todos los que recibieron la noticia de que quizá vamos a volver a jugar antes de lo que pensábamos.
La gente me pregunta: ¿Por qué elegiste representar a Argentina? La respuesta es simple: porque desde que tengo memoria ha sido mi sueño. Mis padres son argentinos y ambos representaron a Argentina en natación en los Juegos Olímpicos. Mi padre, nacido en Córdoba, fue a las Olimpiadas de 1984 y mi madre, nacida en Mar del Plata, fue a Corea en 1988. Visité Argentina desde chiquita y siempre me llamó la atención la gran pasión de los argentinos con el fútbol. El fútbol estaba en todos lados: En la radio del taxi, en el televisor de un restaurant, y en las conversaciones entre desconocidos en los ascensores. Los chicos lo jugaban en la plaza, amigos en la playa, y familias lo hacían en los asados. Para mí era un concepto maravilloso, y mágico; sin embargo, faltaba algo: ¿A dónde están los equipos de mujeres? A veces pedía sumarme a algún grupito que jugaba en la plaza. Me aceptaban sorprendidos y recibía comentarios con admiración e intriga: ¿Cómo aprendiste a jugar así? ¿Con quién jugás? ¿Con varones o con otras nenas? Desde esos momentos de mi niñez, decidí que quería ayudar a cambiar la percepción del fútbol femenino en Argentina. Quería que todos vean que nosotras también podemos tener pasión por el fútbol.
Fragmento del prólogo que escribió Natalie Juncos para el libro “Ovarios y Pelotas: más que fútbol femenino” en 2019.
Leé el prólogo completo:
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